
Publicado: 08/03/2016
Una
herramienta fundamental para todas las empresas
de mecanizado de Huesca es, sin duda alguna, el torno. En anteriores
ocasiones te hemos contado las ventajas de los tornos CNC en cuanto a la
precisión y rapidez, pero antes de la incorporación de la tecnología
computerizada a la industria de la metalurgia, trabajábamos con tornos de otros
tipos.
Hasta la Revolución Industrial, la única forma de trabajar los metales era en
la forja. Calentándolos al rojo vivo para golpearlos con fuerza con martillos
de diferentes formas y tamaños. La aplicación del motor de vapor a la industria
metalúrgica permitió colocar las piezas sobre un soporte y, haciéndolas girar a
gran velocidad, utilizar otras herramientas para irles dando forma.
Para las primeras empresas de mecanizado
de Huesca la llegada de los llamados tornos paralelos supuso un gran
avance. Las herramientas para desbastar la pieza a mecanizar se colocaban sobre
un soporte paralelo al eje de rotación haciendo más sencilla la labor del operario.
Este tipo de tornos, de hecho, aun se sigue utilizando en muchos talleres.
Cuando se trata de trabajar sobre piezas de gran tamaño se emplearon los tornos
verticales en los que la pieza a mecanizar gira sobre un eje perpendicular al
suelo. Aplicado tanto sobre los tornos horizontales como los verticales, el
mecanismo conocido como revolver permite el uso simultáneo de diferentes
herramientas de mecanizado sobre la misma pieza, reduciendo con ello el tiempo
de producción.
Pero la gran revolución, sin duda, llegó con la aparición de los tornos CNC. En
ellos, el control computerizado de todo el proceso permite que en Obasca podamos mecanizar todo tipo de
piezas con gran precisión.